jueves, 21 de mayo de 2020

Son golpes de la vida

Para ser sincera recuerdo poco de mi infancia, realmente poco, sin embargo hay una presencia en ella que al pensarla, en todo momento me provoca sonreir: mi tío Arturo. A lo largo de su vida cultivó un gusto especial por la libertad, tenía pies inquietos y por ello era la estrella fugaz de la familia de Juancho, estoy segura que trazó muchos de los senderos que otros andarán. Ayer llamaron para decir que se fue y esta vez no vuelve más, reconozco que al escribir estas líenas la miranda se inhundó constantemente, sin embargo sé que cuando las lunas se acumulen, volveré a sonreír al evocar el recuerdo de mi tío, una presencia amable y muy querida de mi infancia.

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