En Octubre de 2012 la vida - o la gerente de producción- decide que sus caminos se encuentren y, ella deja la noche. De Lunes a Viernes los días transcurren con la monotonía propia de un trabajo de oficina, de un lugar sin ventanas, hasta que, un Sábado, Rol y Che conversan convirtiendo así al sexto día de la semana en el espacio de palabras, risas, juegos, galletas, música, colores, helados y lluvia.
Ya es Septiembre de 2013, el octavo día del mes referido es el cumpleaños de Rol, ella intentará hacerle saber a Eduardo, que es una de sus personas favoritas; para esto atormentará a su familia con sus ensayos matutinos y se convertirá en lo que haga falta, para ofrecer una interpretación plagada de gratitud, con la esperanza de que el mensaje llegue a destino.